Recordando el sueño de Martin Luther King Jr.

Hace unos días se cumplieron  60 años de la gran Marcha de Washington por los derechos civiles encabezada por el reverendo Martin Luther King Jr. y hemos recordado aquel “Yo tengo un sueño” por el que fue asesinado en Memphis cinco años más tarde.

Desde entonces hemos podido comprobar la distancia que media entre la realidad y los sueños. Las ocasiones son incontables.  Resaltaría el caso de Rodney King, el negro apaleado por la policía en Los Ángeles y que indignó tanto a la comunidad negra que prendió fuego  a media ciudad.

O el caso de Trayvon Martin, un joven  negro  de 17 años que volvía a su casa de comprar chucherías y se topó con Zimmerman, un vigilante voluntario de barrio (lo que ilustra la seguridad y confianza ciudadana que se disfruta por aquellas tierras) que, al verlo encapuchado, se asustó y lo cosió a tiros. Trayvon Martin iba desarmado. Lo que más choca en este caso es que un jurado de Florida, compuesto de blancos, absolvió a Zimmerman aplicando la ley del “mantenerse  firme” en una posición (stand on your ground), que te permite pegarle un tiro al más pintado con total impunidad si no eres negro. La ley está aún en vigor en 22 Estados de la Unión y yo creo que esto viene de cuando los colonos blancos ocupaban un territorio indio y si un nativo se acercaba le cortaban la cabellera no fuera que tuviera intención de reclamarlo. (No es algo que yo me invente: es una ley de 1755 del parlamento de Massachusset), Hoy apenas quedan indios, pero sí aumentan los negros y queda la costumbre y el miedo.

El caso de George Floyd es más reciente y se recordará ese video infame del policía apretando con la pierna el cuello del negro por una falta de tráfico hasta ahogarlo. De aquí sale el Blaks lives matter (BLM, por siglas en inglés) O sea, la vida de un negro importa.

El problema es serio. Poco antes de Obama conocí a bastantes negros que con dos wiskys ya no se sentían norteamericanos sino afroamericanos, la libertad era una aspiración radical y, desde los guetos a las universidades, se conspiraba para crear una nación negra independiente Una vez fracasado el ideal del melting pot (es decir, la mezcla de las razas y culturas en una síntesis racial), la discriminación positiva convertida en papel mojado  y agotadas las esperanzas depositadas en la elección de Obama, ni la filosofía light del multiculturalismo ni el mucho trapo de una bandera pueden tapar las enormes desigualdades en la distribución de la riqueza entre blancos y negros que, como es lógico, es el verdadero quid de la cuestión. No puede haber libertad verdadera sin igualdad económica y, por ende, sin respeto humano. Así es que aún queda una larga marcha para que sea una realidad el sueño de Martin Luther King de que, puesto que todos los hombres han sido creados iguales, sean tratados como iguales, etc.

Hace solo unos días un supremacista blanco asesinó sin mediar palabra a tres negros que se le pusieron a tiro en Jacksonville, y hoy (2/9) circula el  vídeo de una joven negra de 21 años muerta por la policía en Ohio. La joven estaba embarazada.

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