Archivo mensual: marzo 2023

Siempre nos quedará Tánger

Los irregulares de Tánger, (Ed. ALT autores, Bilbao, 2022) parte de un sustrato histórico cuasi-mitológico, a saber, que en diversos momentos de nuestro remoto pasado, no siempre muy integrador, a los aquí llamados irregulares se le ponía en una barca y se les libraba a la suerte de las aguas del mar: no cuesta imaginar que una de estas embarcaciones que transportaba tantos irregulares naufragó y logró llegar a Tánger.

Este texto se lee en la contraportada del libro de Santiago de Luca y si yo me atribuyera esta percepción y me presentara en una tertulia del Café Tingis pretendiendo haber leído el libro  solo con la lectura de la contraportada estaría procediendo como  el personaje de “EL  solapero”, cuya irregularidad era  leer las contraportadas de las novedades literarias para <<lograr un reconocimiento efímero y exiguo… dando una apariencia de erudición>>. No desvelaré cómo lo descubren.

Otro ejemplo de irregularidad pudiera ser Felipe, un andaluz que  <<quería abarcar todo y lo más probable – nos dice el narrador en “Especialista en todo”- es que a lo largo de su vida practicara diferentes disciplinas con igual ineficacia… En algún momento, como era de esperar, desembarcó en Tánger>>.

Muchos otros irregulares desembarcaron en Tánger a lo largo de la historia. De un modo aleatorio (hay en este Volumen I 44 historias en 308 págs.),  me permitiré señalar algunos de ellos y su tipo de irregularidad en palabras del autor. En “El buscador de argumentos”, Bald Carvalho << estaba imposibilitado para concebir historias. Llegó a Tánger impulsado por la búsqueda de argumentos o, mejor dicho, robar… Pero su irregularidad no era la  vanidad, casi comprensible en un creador, sino la ausencia de ironía>>. En “El caminante de la calle México”, Silvestre <<adolecía de la irregularidad de la repetición extrema de los mismos hábitos>>. En “El soliloquero”, la particularidad de Joaquín era <<hacer más visible su inconsciente que su conciencia, es decir, que su interioridad se hacía exterior.  No  hablaba  para los demás sino para sí mismo… Era un esteta>>. En “El rey de Portugal” << las más altas aspiraciones y reivindicar los lugares más prominentes del poder mientras se está casi en la indigencia es una de las formas de la irregularidad>>.  En “La sobrina del sastre” <<cambiar en cada circunstancia diferente para ser lo que los otros están deseando encontrar es una de las formas más proteica de ser irregular>>. En “El infectado de sinonimia”,  <<Jorge había llegado a Tánger en busca de  la inspiración, pero la ciudad no puede dar lo que no eres, sino  transformarte en lo que eres… y que puede confundirse con la literatura: poner palabras sobre palabras>>.  Finalmente, en “El incausado”, narración que cierra el libro, tras la pregunta: <<¿Pero usted por qué vino a Tánger? ¿Es usted espía o tiene una novia o un novio por aquí?>>, el interrogado  llega a negar todos los supuestos y la locura  misma,  y afirma: <<Yo soy la causa incausada, mi propio motor inmóvil>>.

Es decir, el creador. Su poética rechaza el realismo directo, porque no existe lo real,  sino que lo real es la apariencia y una teatralidad recorre la ciudad  tangerina por puertas misteriosas hacia una ontología de carnaval.

Santiago de Luca, el autor de Los irregulares de Tánger, en su largo periplo desde Argentina, su tierra natal (yo le conocí en El Cairo), desembarcó en la Ciudad Blanca y sintió una “especie de atracción magnética” y allí se quedó escuchando historias de irregulares para ofrecérnoslas en este singular libro lleno de gracia y estudio psicológico, en un friso de personajes que buscan el ser otro en otra tierra donde, <<respetando una ley no dicha, nadie [excepto quizás la policía], pregunta por qué ha venido y donde todo se acaba sabiendo>>.

Debo anotar aquí que, aunque el narrador utiliza una forma impersonal en juego con la leyenda (“se comentaba”, “se decía”, “algunos afirmaban”, etc.), no obstante fija la ubicación con tal precisión y conocimiento de Tánger que la temporalidad de la mayor parte de las historias es el presente.  Baste acercarse al Bar Number One donde hay una mesa reservada para Los Conjurados de Tánger  en donde el autor  y otros amigos tienen su privilegiado espacio de tertulia y en donde, como se señala en “El capitalista ambiguo”, nace la idea de la creación de la revista SureS de la que Santiago de Luca es el director.  Es también, pues, una obra en clave.

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El caso Tamames versus Gobierno

jPobre  hombre este don Ramón Tamames!  Póngase en  su lugar, sorprendido lector, si es que puede concebirse a sí mismo con 89  años y metido en este fregado de hacer una moción de censura al Gobierno sin más apoyo que los de Vox. Hay que tener ganas, ¿verdad? Yo vagamente recuerdo cuando sacó su  ¿Adónde vas España? como un desvelamiento de su ideología comunista. Corría el año de  1976, a pocos meses de morir el dictador. Ahora,  los titulares juegan con ese título y preguntan con una sonrisa entre sarcástica y compasiva: “¿Adónde vas, Tamames?”  No es un juego ni motivo de burlas: para la derecha  y ultraderecha,  bajo una coalición social-comunista  Pedro Sánchez va camino de destruir España,  y Vox  espera que el anciano confirme este apocalipsis. Ante lo que pueda decir este imprevisible economista embutido de político en variadas etiquetas, me he releído su libro de 1982 La imaginación y el poder, porque ese año fue la victoria arrasadora del PSOE y porque el título modifica el famoso lema del Mayo del ´68 parisino que pedía “la imaginación al poder”, como si para Tamames  el poder fuera por un lado  y la imaginación por otro.

El libro en cuestión es una colección de ensayos y conferencias. Por la limitada extensión de este artículo, citaré solo unos párrafos de “Las actuales dimensiones filosóficas y políticas del pensamiento marxista” (1981). En  él, Tamames reconoce el nacimiento del marxismo como un acontecimiento histórico  ante el que <<no es una exageración afirmar que el descubrimiento personal del marxismo, ya sea en la juventud o incluso en la madurez, constituye algo deslumbrante>>.  No es difícil imaginar al joven Tamames lleno de entusiasmo inicial en las circunstancias particulares de una dictadura como la de Franco.  Pero esta luz  se va perdiendo por todas las ideas que se  fueron alejando y modificando el marxismo primigenio,  desde Lenin al trotskismo, desde Bakunin a Marcuse, desde la Escuela de Frankfurt a los Nuevos Filósofos, desde la I Internacional al Eurocomunismo… En suma, Tamames considera que la utopía del socialismo científico, que iba a transformar  al mundo, según Marx, <<se refugiaba en la ciencia y en la filosofía>> para  acabar en tendencias  socialistas que <<evolucionaron a posiciones generalmente denominada socialdemócratas, lo que en la práctica redundó en una administración más social de capitalismo, sin amenazar la propia supervivencia del sistema, acelerando la evolución de este en sus manifestaciones de economía mixta, la creación de un sector público, de leyes sociales avanzadas y de una sociedad civil  más organizada y un mayor respeto de los derechos humanos>>. Ante el devenir del modelo soviético, <<un comunismo oficial  convertido en una fuerza conservadora que no  admite más revoluciones,,. la verdad es que las tendencias socialdemócratas no podían sino prosperar>>.

Entonces, ¿por qué se mete en una moción de censura contra el Gobierno socialdemócrata?  ¿Y no es Vox una formación reaccionaria,  punta de lanza del sistema capitalista en su fase monopolista y neoliberal? ¿No confunde Tamames  poder con imaginación? 

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PD.  Ha concluido la moción de censura y el candidato no ha obtenido ni de lejos los votos necesarios para tumbar al Gobierno de coalición, aunque se ha llevado unos cuantos varapalos. Era lo esperado.  A mí solo me ha llamado la atención  eso de que, según él, <<el feminismo no es nada nuevo, ya que en el siglo XV gobernó la reina Isabel la Católica y mandaba más que su marido el rey Fernando>>. Manda huevos, ¿no? La bancada de Vox rompió en encendidos aplausos. 

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