El FMI

¡Uf, menos mal! El Gobierno y la Oposición excepcionalmente y sin que sirva de precedente sino más bien de sospecha se han puesto de acuerdo en rechazar algunas de las recomedaciones de los expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI)  sobre nuestra economía. Que esta gente del FMI certifique, entre langosta y langostino, que la economía mundial repunta y que hemos superado la crisis, es asunto que favorece al Gobierno y desanima a la Oposición derrotista, aunque a mí me deje igual el escurrido bolsillo: por lo tanto, el señor Aznar se apresuró a tachar tales previsiones como demasiado optimistas. Hubo, pues, desacuerdo.  Pero que, entre langostino y langosta, recomienden los del FMI recortar las pensiones, éso es topar con los pensionistas*. Aquí sí ha habido unánime coincidencia entre los dos que trincan la mayor parte del pastel: los pensionistas son una fuerza electoral que ningún partido puede pasar por alto, hasta tal punto que yo proclamo la mar de contento que nuestra sociedad se rige por un Consejo de 7 millones de ancianos  a quienes cada fin de semana marean en las excursiones programadas para la Tercera Edad.